De ahí es que este primer pronunciamiento se relaciona con lo que consideramos un mal mayor. Estos problemas que apelan a situaciones contingentes representan la insolvencia de las condiciones estructurales en las que se desenvuelve el grueso de la sociedad, siendo esto, a su vez, una situación absolutamente reversible…si es que algunos quisieran.
Con todo, es que las transformaciones desde la raíz de los problemas, la reconsideración de los lineamientos políticos y económicos que supeditan nuestro desenvolvimiento en la sociedad, van marcando tendencia hacia la dignificación de la calidad de vida (por una vida de calidad) de muchos de nosotros, muchos que ni siquiera nos damos cuenta del cómo nuestro realidad no existe porque sí, sino por la falta de voluntad para transformar lo que en esencia es un derecho irrefutable sólo por la condición de personas.
La universidad, y esta universidad en especial, es parte estratégica de la mantención de este sistema de degradación, pues ni en ella misma, como centro del conocimiento y de oportunidades, se nos permite hacernos parte del cambio en estas contingencias, pero que representan un primer paso del cambio esencial: el cambio de las conciencias..
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